Le pidieron al carretero que esperara, se liberaron del polvo acumulado y se presentaron frente a la puerta. Al momento salió un hombre de cincuenta y tantos con pelo cano "Les esperaba con impaciencia"
El periodista se enfrentaba con miedo a la máquina, estaba en blanco sin poder reaccionar, las palabras que acababa de escribir eran basura, estaba atascado sin remedio. En aquel pueblo pequeño no pasaban demasiadas cosas, pero ahora los acontecimientos eran fascinantes y no lograba reflejar la magnitud del cambio, justo ahora que los periódicos estatales le demandaban información.
Las piernas se perfilaban entre arbustos y las raíces, cazadores y presa. Varios disparos y un cuerpo cayó al suelo, vivo, pero malherido. Boca arriba, intentado alcanzar la vida que se le escapaba. Frente a él apareció una hoja metálica. Mal asunto.
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