Mi enemigo favorito

jueves, 10 de diciembre de 2009


No me busco enemigos porque sí. Sólo los que me tocan las pelotas de manera soberana, acaban siendo víctimas de mi sorna y chanza, sin embargo ahora mismo tengo un enemigo favorito. Paco Blanco.
Llevaba ya un año trabajando en una multinacional alemana de servicios tecnológicos. Llamémosla Sinken.

En la empresa están los directivos, que cortan el bacalao y, según mis averiguaciones, cobran sobre los 7000 euros al mes, los jefes de departamento 5700 euros, los ingenieros 3300, administrativos 1100, limpiadores (limpiadoras, no hay ni un puñetero tío) 1050. Y después, ocultos en un zulo en el lugar más apartado del edificio de dos torres, estamos nosotros. Los técnicos informáticos, cobramos ¿adivináis cuanto? Lo mismo que las limpiadoras; queda claro cuanto valoran nuestros conocimientos y nuestra experiencia.

Hasta hace bien poco no conocía a Paco Blanco, pero en toda su prepotencia quiso que, fuera de horario de trabajo, acudiese a su casa para repararle su ordenador (de forma inmediata) y por supuesto, sin recibir ninguna compensación por ello.

Le mandé al cuerno, de forma educada, y amenazó con enviarme a la cola del paro...como no me considero una prostituta que traga lo que sea por un mísero sueldo, mantuve mi posición y él montó en cólera.

La semana siguiente observé las consecuencias de mano de mi jefe "Pasa por administración a recoger tu finiquito". Antes de recoger mis cosas, cogí el coche para ir hasta mi casa. Después fui a Dirección, para hablar con Paco Blanco y le comenté mi opinión "Quiero seguir trabajando aquí" "Yo necesitaba mi portátil para mandar un correo muy importante. Tú no has hecho tu trabajo, pues esto es lo que pasa" "No me pagan para ser tu informático 24 horas" Él contestó con una mueca de desprecio "Si hubieses valorado bien tu trabajo, habrías hecho lo que tenías que hacer. Soy un alto cargo directivo y tú un trabajador, tu obligación es obedecer y callar." Tal prepotencia ya la conocía, no tenía nada que perder, así que puse en marcha mi plan. "Tú y yo nos vamos a ver de nuevo" La mueca de desprecio no había desaparecido, cogí una 'cosita' del bolsillo, la limpié con un pañuelo y la lancé contra la mesa. Una bala de revolver Magnum .357 "¡¿Me estás amenazando?!" "No, no se me ocurriría" dije mientras me largaba. Necesité poco tiempo para acceder a los ordenadores de 'Personal' para obtener la dirección  y número de teléfonos de mi nuevo objetivo.

Mi recién adquirido tiempo libre lo gasté en sentarme frente al edificio donde vivía Paco Blanco y anotar quien entraba, quien salia, a que hora, si iba acompañado, así una semana entera. Además, me dedique a asaltar todas las señales Wifi en busca del PC personal de Paco. Nada. Descubrí que el muy rácano no tenía red en casa, si no que utilizaba el módem USB y el portátil del trabajo, los cuales se llevaba a casa.

Sin quererlo me facilitó el trabajo, aún podía acceder a la red del trabajo (Si tuvieran que cambiar las claves cada vez que despiden a alguien, las cambiarían a diario). Durante las horas laborables, el portátil de mi objetivo estaba conectado a la red del trabajo ¡A por él! Bloqueé su antivirus en el firewall para que no se actualizara, sustituí su base de datos por una antigua que lo hacía inútil, además le puse una excepción para que no examinase el archivo de sistema que yo había sustituido. Ahora tenía acceso total a toda la información que pasase por el equipo, así como control remoto mientras estuviese conectado a la red.

A las 21h de un miércoles, estaba yo sentado en una cafetería cercana a su casa, detecté que se había conectado a la red e inicié una segunda sesión en su equipo; yo sabía de sus limitados conocimientos de informática, así que supuse que le sería imposible detectar mi presencia, excepto por una ligera lentitud en el portátil. Desde su equipo busqué en foros de Internet de dudosa legalidad.

Le apunté a varias listas de pederastas, cree una política en su correo para que todos aquellos correos llegasen a la carpeta 'SPAM' y cada día los abría para que pareciese que los había leído. Respondía a algunos correos y eliminaba el archivo de 'elementos enviados'.

Vi aparecer un coche de policía frente a su casa, debía de haber encontrado la segunda bala del calibre .357 que había dejado esa mañana en el buzón. En breve me llamarían para declarar en comisaría, ya no me podía dejar ver en su barrio pijo.

Antes de pasar por comisaría, fui al colegio de abogados y solicité asesoramiento. Con buenas palabras conseguí que mi abogado me acompañara a ver a los 'maderos'.

Se pusieron más serios de lo que pensaba. Tres horas perdidas, entre que nos atendieron y dos interrogatorios (Menos mal que no tenía que pagar al letrado de marras). Según el subinspector, me había metido en un buen lío. Según mi abogado, no tenían un carajo. Aún así la cosa se torció, visita al juzgado y orden de alejamiento de 200m. A mi se me cayó el mundo encima, pero al parecer es de lo más normal, el juez lo dictó como el que pide una tapa de calamares en el bar. El picapleitos no le dio mayor importancia. Dijo que en un año la retirarían si no volvía a meterme en líos.

Ahora no me iba a parar. Paco Blanco navegaba por webs de armas y armerías, se metió en foros para preguntar que arma comprar, en ese momento se me iluminó la bombilla. Cree varios usuarios de distintos foros, todos hablaban muy bien de un revolver del calibre .357. Era un arma potente, muy simple y sin apenas mantenimiento, no se puede encasquillar, si la bala falla, sólo tienes que darle otra vez al gatillo y se dispara la siguiente.

Durante dos semanas estuve espiando, respondiendo a mails desde su correo y navegando por donde no debía desde su equipo. Me di cuenta de que en la última semana no se conectaba desde el trabajo. Se había cogido una semana de vacaciones y la estaba disfrutando en su chalet de la playa. Examinando su correo encontré la dirección. Y entre sus fotos encontré unas cuantas del apartamento y la playa de alrededor ¡Menudo palacio!


Aparqué mi coche a dos minutos de su casa. En caso de necesidad quería poder salir huyendo. Lo observaba de la manera más discreta posible, por las noches me apostaba cerca de la vivienda.

Salió a sacar la basura, no había nadie más por la calle, esperé a que estuviera en un ángulo ciego desde su casa.

"Volvemos a vernos, Paco" Palideció y no articuló palabra. Saqué lo parecía un arma "Aquí no hay abogados ni policía ¿verdad? Te dije que me las pagarías" "¡Oye! Lo estás llevando demasiado lejos...Podríamos contratarte de nuevo" "¡Cállate! Te voy a pegar un tiro aquí mismo ¿Qué, no te gusta verte indefenso?" "Mira..." "¡Calla!" Durante veinte segundos le mantuve la mirada sin decir nada, pude ver la angustia en su cara cuando acaricié el gatillo. El idiota no sabía que el arma era de fogueo. "Métete en el contenedor ¡Ya!" No le dejé responder, se metió sin rechistar "Chico listo" poco a poco me fui alejando hasta llegar jadeando hasta mi coche y salir disparado hacia una buena coartada.

No había registro alguno de que yo hubiese comprado un arma de fogueo ni de ningún tipo, nadie me vio por los alrededores del chalet y por 200 euros, un amigo declaró que en ese momento estaba en su casa jugando a la consola. No hay caso, Paco.


Era perfecto, ese desgraciado ahora se sentía indefenso, ya había conseguido su permiso de armas y había vuelto a visitar los foros de armas cortas.

¿Adivináis que arma compró? un revolver .357, perfecto, no se puede ser tan predecible. El lunes volvió a trabajar, esperé cerca de allí y lo vi salir sólo. Normalmente algún lameculos le acompañaba para hacerle la pelota e invitarle a comer. Ahora salía sin compañía y con cara de pocos amigos, le seguí en un taxi hasta una galería de tiro. Este va a ser mi momento, idiota.


'Alguien' había denunciado un foro de pederastas en la red, el correo de Paco aparecía en la lista de los que se habían unido.

Su portátil seguía en el trabajo, conectado. Cargué un programa que borraba todos los 'logs', donde se anota toda la actividad del PC; eliminaba el segundo usuario que había utilizado para mis fechorías, dejaba el registro limpio como una patena y en general eliminaba cualquier rastro de mi presencia. Lo mio me había costado, había visitado todas las web de 'hacking' en las que indicaba como borrar rastros, había sido minucioso y así terminaba el primer acto. Aquí viene el segundo.

Llamé a la policía desde un móvil de prepago que había comprado a un pakistaní, todos los que vendía estaban registrados a nombre de un tal 'Mina Alghendari'. Antes de eso, le quité la tarjeta SIM y marqué el 112, que es el único número al que se puede llamar. Advertí de la presencia de un hombre armado, les di la descripción y matrícula del coche desde el que había salido, colgué, limpié el móvil y lo tiré por una alcantarilla.

Paco se había parado en una sidrería a tomar unas tapas. La policía no llegaba ¡Maldita sea! Pasó una patrulla por delante de su coche, ni se dieron cuenta ¡Mierda! Se me olvidó dar una descripción, pensé que con la matrícula la comprobarían ellos.
Pasaron por delante de la sidrería y nada tampoco. Maderos de pacotilla. Había que improvisar, fui corriendo al local. Paco estaba en la barra tomando unos pinchos y una sidra, golpeé el cristal despacio, lo suficiente para llamar su atención, me miró y le sonreí mientras me marchaba.
Cómo se envalentona uno cuando lleva una pistola, salió decidido sacando pecho, pero no me vio. Me había agachado detrás de unos coches, cuando le vi salir, saqué un petardo y lo lancé en dirección a los policías. Paco desenfundó en dirección al sonido...apuntando hacia los maderos que se habían girado por la explosión.

Compro muchos periódicos, voy haciendo recortes del caso de Paco Blanco. Cómo un directivo de una gran compañía de tecnología se dedicaba a ir armado por ahí y a visitar páginas de pederastas. Encontraron varias fotos ilegales en su equipo, así como registro de su actividad inmoral. El gran hombre había caído con fuerza y la empresa se había visto perjudicada. Yo seguí con mi orden de alejamiento hasta que se cumplió el año. Así que no me podía acercar a la carcel, que era donde residía Paco ¡Qué lastima! Me hubiese gustado hacerle una visita.

3 Comentarios:

jdelasmuelas dijo...

La venganza es una comida que debe servirse bien fría jajajajaja.

D. Paco Blanco se cagó en los pantalones jejejeje.

Luferbal dijo...

Jeje la verdad es que si. Se que el relato no aporta mucho a la literatura, pero hay que ver que ganas tenía de escribirlo ¡Me estaba machacando la cabeza! Tengo 2 más en el horno.
P.D. Críticame un poco!! Haz sangre y sácale punta a lo que escribo, por favor.

P.D.2: A ver si publicas alguna entrada en el blog de artes marciales, que lo tienes 'mu olvidao'

El-guapo-de-la-montaña dijo...

Vaya, tendré que escribir algo por aquí cuando lo tenga más estudiado... hummm