Night Below - Monstruos en la ciénaga

lunes, 28 de noviembre de 2022

 



21º Día de Solferaz del 577CA, Feriado.

Dorian y Duri son dos aventureros que han tomado un río para remontar los pantanos hasta Alfaracia, cada uno por sus motivos.

Les acompaña una druida Hilda, que no se ha acercado a hablar, sólo a poner la oreja. Así que deciden hablar en suelio para que no les molesten.

 

Al llegar a puerto, escuchan en la taberna que en Milborne, pueblo del valle de Haranshire, pagan 1000mo por encontrar a Jelenneth, una joven, hija de unos molineros, pagan algo por adelantado.

 

Se cruzan con Velter, un explorador semielfo, y Hilda, que van en la misma dirección. Ambos saben moverse por entornos salvajes.

Velter se les ofrece como guía a cambio de protección.

 

Hilda ha venido para buscar a los druidas Oleanne y Geolin, que cuidaban de Bosqueespino

Tardarán 2 días en llegar a Milborne, si van rápido. 3 días a ritmo normal.

 

Hilda y Velter duermen en la sala común y tienen un encontronazo con unos posibles ladrones.

El posadero les reprende por sacar armas de filo, pero se ablanda al saber que Hilda es sacerdotisa de la vieja fe y acaba ofreciéndoles una habitación gratis.

 

22º Día de Solferaz del 577CA, Estelado.

Un grupo numeroso va delante de ellos y les llevan un par de horas de distancia.

 

Descubrimos que Dorian es un tipo limpio y que ha venido buscando oro.

Que Duri se ofende rápidamente y lo dirime con las armas. Además quiere probar su valía entre los suyos.

Hilda no tiene tacto para decir lo que piensa, provocando situaciones tensas.

Velter es sosegado y evita el conflicto siempre que puede.

Duermen al raso y hacen guardias.

 

23º Día de Solferaz del 577CA, Soleado.

 

Por la tarde en un giro del camino ven 4 soldados caídos.

Velter corre a ver qué ha pasado.

Dorian vigila, esperando una emboscada

Duri y Hilda se acercan con cautela.

 

El capitán de los soldados dice que "El rubio olía a muerte y sus ojos estaban muertos ¡Lo juro!"

Del capitán recogen un símbolo sagrado y una carta.

 

Durin se da cuenta de que se está alzando una polvareda sobre la elevación que tienen al este del camino

Cientos de criaturas peludas se les echan encima y tienen que echar al galope en los dos caballos.

Les persiguen hasta la aldea de Rawich, que queda arrasada.

Uno de los caballos muere de agotamiento y el otro queda agotado.

Todavía les persigue una docena de farfulladores, Hilda echa pergamino de Enredar y captura a siete de ellos

Dorian corre sin mirar atrás.

Velter se queda al lado del caballo muerto, esperando que sirva de distracción y después logran escapar.

 

Por la noche:

Un par de humanoides de 3 metros se mueven entre las sombras y los localizan por el olfato. Duri se queda a cubierto para saltar sobre ellos cuando se acerquen, Velter les dispara sin herirles, Hilda lanza una plegaria sobre Duri y revelando su posición, para consternación de este.

Dorian lanza un conjuro que hace dudar a los humanoides que finalmente retroceden por miedo a la magia.

 

 

24º Día de Solferaz del 577CA, Lunado.

Hilda encuentra una lince hembra y consigue hacerse amiga de ella y que le acompañe. Parece lista.

 

A lo lejos, ven una criatura humanoide y deforme, de unos 5 metros, atravesando la ciénaga . Emana maldad por todos sus poros.

 

Se Cruzan con dos carretas que van de Thurmaster a Lasker y les dicen a sus ocupantes lo ocurrido y estos se quedan discutiendo que hacer.

 

Al mediodía llegan a Thurmaster y ven que es un villorrio en decadencia, están reparando la muralla que llevaba mucho tiempo sin ser mantenida adecuadamente.

 

Conocen la posada del Sabueso y colas, que está lleno de colas de zorro. El dueño se llama Weismar y tiene malas pulgas.

Una camarera llamada Gloris le dice a los héroes que el Conde Parlfray paga un buen dinero por acabar con la bestia de la ciénaga, un gigante deforme que ha acabado con sus hombres.

 

Velter visita a Tauster para presentarle a Hilda, la druida. Durante la conversación, parece que Velter le recuerda algo al mago, la Reina de la Ciénaga es más que una leyenda, es una criatura poderosa con la que se podría llegar a algún tipo de acuerdo.

 

El grupo se reúne en el Sabueso y Colas, donde Tauster les convence para acompañarle a ver al Conde.

El Conde, está reunido con sus oficiales y escuchan de Tauster que la Reina de la Ciénaga es un dragón poderoso e inteligente, con el que se podría llegar a algún tipo de acuerdo.

El Conde no parece confiar en el plan del viejo mago, pero después de cierta negociación, acuerda:

·          Pagar a Dorian el mago 500mo y que Tauster le permita copiar ciertos conjuros.

·         500mo a Duri, el guerrero enano.

·         A Hilda la druida, estar en deuda con ella y poner a su servicio lo que pueda proporcionarle.

·         A Velter, el reconocimiento del servicio a su comunidad.

·         También acuerda proporcionarles 4 soldados que les sirvan de escolta.

 

Hilda busca al sacerdote del Conde Parlfray, que es de una religión extraña, para que le proporcione agua bendita. Este rehusa compartir el poder de Pholtus con una hereje y se produce una fuerte discusión. Parece que la druida se ha buscado un enemigo.

 

25º Día de Solferaz del 577CA, Lunado.

 

Recogen provisiones, conocen a su escolta y emprenden el viaje al sur.

Sus compañeros les informan que pocos volvieron del enfrentamiento con los gigantes y no pudieron ni acercarse, con su simple mirada les aterrorizó, después los mató y devoró a todos.

 

Pasan por la linde del Bosque Sagrado, en la que habían algunas casetas de pescadores y pequeñas granjas, todas abandonadas.

El Bosque Sagrado no es un lugar en el que uno pase mucho tiempo, pues se siente observado y fuera de lugar.

 

Al abandonarlo encuentran huellas de criaturas enormes que entran del Bosque a la Ciénaga.

En el interior de la Ciénaga, ven uno de esos gigantes, pero de unos 3 metros, que está devorando a un lagarto gigante. A su espalda se encuentra una cueva medio inundada.

 

Unas dos horas después encuentran a un hombre lagarto comiendo en el interior de la Ciénaga, este desaparece y al rato aparecen varios saurios armados que presionan a la compañía a retroceder hasta que Dorian, con dibujos y señas les convence para que venga su alguien con quien puedan hablar.

Aparece su líder, que habla aerdio y les dice que pueden ir al sur para recorrer el "Camino de barro" y encontrarán a la Reina de la Ciénaga, aunque primero tendrán que superar sus peligros.

 

Los héroes se internan solos.

El grupo descubre pronto el primero de los peligros, una planta carnívora se traga a Dorian y los compañeros luchan a brazo partido para conseguir sacarlo a tiempo.

Más tarde llegan a un gran montículo, no sin atraer la atención de cinco sapos gigantes que son reducidos por el hacha de Durin y las flechas de Velter.

 

Ascienden y ven como las plantas tienen un tono amarillento y cada vez huele más a cloro.

Encuentran huellas de hombres lagarto en el lado norte del montículo.

Una voz les recibe advirtiendo que hace doscientos años que ningún humano pisaba aquel lugar y exigiendo un regalo por presentarse en sus dominios.

Dorian le entrega un pergamino mágico y la criatura invisible parece satisfecha. El mago topa con una extremidad grande e invisible de la criatura.

La criatura les advierte que tiene a los humanos por mentirosos y ladrones y que ya acabó con una ciudad humana sin remordimientos.

Los héroes apelan a su sentimiento de la territorialidad, al alimento y a que los aventureros podrían adentrarse en la ciénaga en su busca si descubren que hay un dragón cerca.

La criatura acepta acabar con los intrusos, a cambio de que los héroes difundan rumores que ahuyenten a los humanos de acercarse a su guarida y de que le entreguen una vaca a sus súbditos, los hombres lagarto.

Les amenaza con acabar con sus lugares de origen si no cumplen con su palabra, como son extranjeros, amenaza a la raza de Durin, pues conoce los asentamientos en las montañas Puño de Foturbo, donde están las fortalezas de los enanos Puño-Martillo. El enano le devuelve la bravata y la dragona se muestra en todo su esplendor y enormidad, produciendo pánico en los corazones de los héroes.

La única que aguanta la visión de la colosal dragona es Hilda la druida, la dragona le hace subir a su lomo para que le dirija hasta la caverna de los gigantes, que son arrasados, junto con una sección de la ciénaga por el aliento ponzoñoso y corrosivo de la sierpe.

 

Los héroes vuelven con los soldados que no paran de hacerles preguntas, que los héroes contestan de manera vaga.

Pasan la noche en la llanura, entre el bosque y la ciénaga, a medianoche, en la guardia de Velter, escucha el aleteo de una criatura, que se lanza contra uno de los guardias que duerme.

No tardan en venir más libélulas gigantes desde la ciénaga, en busca de comida fresca.

Uno de los soldados es decapitado, otro está malherido; a Hilda la atraviesan de parte a parte y sobrevive gracias al poder sanador de la naturaleza; Dorian, que estaba aislado, evita el ataque con conjuro de Escudo Mágico.

 


1 Comentarios:

Anónimo dijo...

Hilda mola