Freeport - Capítulo seis

domingo, 19 de enero de 2020

Milos yacía muerto. Sólo se oía el grito de las mujeres serpiente. Galgan trató de acuchillar a una de ellas y parecieron salir del trance, Thusin se unió al combate y estas salieron corriendo después de ver como todos los machos de su culto habían muerto.

Los compañeros estaban muy mal heridos como para perseguir a las mujeres y exponerse a sus flechas, además tenían trabajo por hacer, Oskrast se desangraba. Se dieron prisa en usar todas las vendas posibles para taponar las heridas. Thusin invocó la piedad de Móradin, pero este lugar de maldad había demostrado menguar su poder. A duras penas consiguieron devolverle la conciencia y salvarle la vida - ¿Donde está mi hermano? - fue lo primero que preguntó.

Entre todos buscaron en el pérfido altar, que tenía una oquedad para sacrificios. Allí estaba Lucius, delgado, acuchillado... pero vivo. Se dedicaron a curar al bibliotecario como acababan de hacer con su hermano. Sus heridas eran tan graves que sólo los poderes de Thusin le devolvieron la conciencia.

 Los dos hermanos se abrazaron efusivamente, juntos al fin después de una década - Sabía que vendrías Oskrast, lamento mucho lo que te han hecho por mi culpa, lo siento muchísimo - Dijo Lucius - No te preocupes, lo que importa es que estás vivo y podrás volver a casa - Respondió su hermano, en situación tan precaria como la suya.

 Mientras Galgan buscaba algo oculto en el lado este del templo y Skarde en el oeste, el enano descubrió una puerta oculta que llevaba a un pasillo como el que encontró Galgan. Desde ahí podía orise el golpear de las olas del mar, además olía a salitre y excrementos de anfibio. El grupo decidió no explorar demasiado aquel lugar, quien sabe cuantas de aquellas criaturas responderían a la llamada de auxilio de las mujeres serpiente.

Los compañeros se dieron prisa en salir de aquel lugar, llevándose a Enzo de vuelta a la casa de Lucius.
Los compañeros le preguntaron a Lucius que le había sucedido y como se había metido en aquel lío - Hace cinco años o así empecé a tener unas pesadillas, veía lugares remotos en el tiempo, islas que parecían Freeport, pero estaban diferentes, había más vegetación, la isla era mucho más grande, había ciudades altas como las nubes y criaturas extrañas las poblaban - Galgan tragó saliva, identificando aquellas pesadillas como las mismas que él tenía después de haber leído el nefando tomo de "La historia no contada del Innombrable".
 Un día amanecí lejos de aquí - siguió Lucius - más viejo, rodeado de hielo, frío, con un montón de volúmenes que se habían escrito con mi mano; pero no por mí - señaló la daga que habían encontrado en su casa y afirmó que la llevaba al cinto cuando despertó en el norte - Dejé el Valle de las Sombras y tomé un barco hacía Freeport.
 Cuando volví me dijeron que hacía cinco años había violado el sancta sanctorum del templo y que había sido expulsado - Lucius se alteró y miró a su hermano a los ojos - Te juro que yo no hice nada de eso, robaron mi cuerpo durante cinco años - rompió a llorar, después de calmarse siguió - Thuron, el sumo sacerdote, no creyó nada de lo que le dije, además siempre ha sido muy terco y no cambia de opinión fácilmente; así que no me readmitió.
 Por suerte los volúmenes que le dejé de mis viajes le hicieron cambiar de parecer y me readmitió al entregarle el resto de los cuadernos de viaje.

 Durante un tiempo las pesadillas desaparecieron, pero hace dos meses volvieron con más intensidad. Ya no podía pasar página, no quería que me robaran el cuerpo de nuevo; así que investigué sobre mi pasado. Thuron intentó hacerme cambiar de parecer, pero Milos se mostró compasivo... maldita rata, sólo quería sacarme información.
 Averigüé que había pasado casi un año en el Venganza Sangrienta, un barco pirata de orcos que me admitió como tripulante y que estaba atracado en el puerto, así que hablé con el capitán Scarbelly. Me contó que tomaba notas durante el viaje, que hablaba poco y me ocultaba durante las escaramuzas - Los compañeros asintieron al ver que coincidía con la información parcial que tenían.
 Yo seguía investigando - añadió el bibliotecario de Ogma - cuando un día Milos me mandó devolver un volumen traducido en una casa tapiada del Arrabal. Alguien me dejó inconsciente y me encontré en las manos de Milos, vestido con ropas extrañas. Me torturó intentando que recordara mis viajes, yo le decía que no recordaba nada, pero no le servían mis respuestas. Hizo cosas horribles para destruir mi mente... - Lucius rompió a llorar sin consuelo.

 Oskrast intentó convencer a Lucius para que le acompañase a casa, pero este desistió, quiso volver al templo y seguir con su vida, ahora que la amenaza quedaba lejos. Se sinceraría con Thuron y seguiría con su trabajo.
 Mientras Skarde y Galgan fueron a ver a Egil, el amigo de Lucius, que los había contratado para rescatarlo. Los dos amigos se reencontraron con gran alegría.

 El grupo estuvo debatiendo largo y tendido que hacer, hasta que decidieron ir a la ciudad de Galgan, Aguasprofundas, para alejarse de la secta del Símbolo Amarillo. Pues suponían que habrían más miembros ocultos entre la gente de la isla.

 Además todos habían encontrado un grupo de amigos leales que no les abandonaría en situación de peligro y eso suponía un tesoro en sí mismo. Como las tres mil monedas que dejaron abandonadas en el templo del Innombrable.










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