Freeport - Capítulo tercero

jueves, 2 de enero de 2020

Después de un día agitado y con más alcohol que sangre en las venas, los héroes decidieron descansar en la casa de Lucius.

Mientras, aquella noche frenética, un grupo de mercenarios estuvieron preguntando por un grupo de extranjeros formado por dos enanos, un tipo delgado y otro fuerte. No les fue difícil encontrar el barrio donde les habían visto.

Al amanecer nuestros héroes se levantaron dispuestos a seguir más pistas sin descanso con la idea de recuperar a Lucius de aquello en lo que se había metido.

Pronto se vieron sorprendidos por un grupo de desconocidos que cubrían varias calles. Skarde localizó a una figura que se situaba entre los callejones y que trató de tomarles la espalda - Tenéis el honor de ... - Una mujer apareció gritando lo que parecía una amenaza, pero se interrumpió para echarse al suelo y evitar ser decapitada por el hacha del enano.
 Otra mujer, esta vez desde un tejado, disparó un virote al pobre Thusin que casi no lo cuenta. Galgan reaccionó con un rayo de fuego, que dejó a la ballestera ardiendo y moribunda.
 El pintor se lió a bastonazos contra la que parecía la líder del grupo, mientras Oskrast se enfrentaba a un tipo enorme, que manejaba una espada con buena destreza.
 Para complicar más las cosas, apareció un mago, con túnica azul, al final de la calle, que dirigió un haz de luz azul contra los héroes, que no era otra cosa que un conjuro soporífero. Nuestros héroes consiguieron soportar la modorra y matar a Rittoro, la líder de los Escudos Dorados.
 Oskrast entonces vio como sus compañeros le daban la distracción adecuada y le metió un palmo de acero en el pecho del guerrero del mandoble, este hincó la rodilla... Pero se alzó como una centella y descargó el filo entre el cuello y el hombro de Oskrast, que tumbado en el suelo, regando las calles de Freeport con su sangre.
 Galgan, que estaba lejos del otro mago, cogió un puñado de tierra y, usando la magia, lo lanzó contra la cara del otro mago justo cuando este lanzaba un proyectil mágico que falló el tiro.
 El mago azul, que veía como Skarde cargaba contra él, cogió otro de los guijarros mágicos de su morral y se dispuso a disparar. Pero Galgan movió una de las tejas de una casa cercana, con la idea de descalabrarlo... Con tan mala suerte de que la teja cayó sobre la cabeza de Skarde. El mago azul, viendo como se complicaba la situación, puso pies en polvorosa.
 Thusin se acercó a Oskrast e invocó la piedad de Moradin, dios de los enanos y la forja; el pastor recuperó algo de color y sus heridas se cerraron en parte, pero seguían siendo graves, así que Galgan todas las vendas que pudo reunir y se puso manos a la obra.
 Skarde sacó la ballesta, apuntó bien y le acertó al mago en la pierda derecha a más de 90 pies de distancia - No te vas a morir tan fácil, mequetrefe - Añadió mientras lo amordazaba.

 Los dos enanos vieron a una figura agazapada entre los callejones y la apresaron - Dinos quien eres y para quien trabajas - El tipo dijo llamarse Enzo y afirmaba ser un simple sastre con la mala fortuna de encontrarse en el sitio inadecuado.

 Como la casa de Lucius estaba cerca, se llevaron a los dos prisioneros y al pobre Oskrast. El día no había empezado con buen pie.

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